- Ningún invitado ha de sentarse sobre la mesa, ni de espaldas a la mesa, ni sobre el regazo de cualquier otro invitado.
- Tampoco ha de poner la pierna sobre la mesa.
- Tampoco ha de sentarse bajo la mesa en ningún momento.
- No debe poner la cabeza sobre el plato para comer.
- No ha de tomar comida del plato de su vecino de mesa a menos que antes haya pedido su consentimiento.
- No ha de poner trozos de su propia comida, de aspecto desagradable o a medio masticar, sobre el plato de sus vecinos sin antes preguntárselo.
- No ha de enjugar su cuchillo en las vestiduras de su vecino de mesa.
- Ni utilizar su cuchillo para hacer dibujos sobre la mesa.
- No ha de limpiar su armadura en la mesa.
- No ha de tomar la comida de la mesa y ponerlo en su bolso o faltriquera para comerla más tarde.
- No ha de morder la fruta de la fuente de frutas y después retornar la fruta mordida a esa mismo fuente.
- No ha de escupir frente a él.
- Ni tampoco de lado.
- No ha de pellizcar ni golpear a su vecino de mesa.
- No ha de hacer ruidos de bufidos ni se permitirá dar codazos.
- No ha de poner los ojos en blanco ni poner caras horribles.
- No ha de poner el dedo en la nariz o en la oreja mientras está conversando.
- No ha de hacer figuras modeladas, ni prender fuegos, ni adiestrarse en hacer nudos en la mesa (a menos que mi señor así se lo pida).
- No ha de dejar sueltas sus aves en la mesa.
- Ni tampoco serpientes ni escarabajos.
- No ha de tocar el laúd o cualquier otro instrumento que pueda ir en perjuicio de su vecino de mesa (a menos que mi señor así se lo requiera).
- No ha de cantar, ni hacer discursos, ni vociferar improperios ni tampoco proponer acertijos obscenos si está sentado junto a una dama.
- No ha de conspirar en la mesa (a menos que lo haga con mi señor).
- Tampoco ha de prender fuego a su compañero mientras permanezca en la mesa.
- No ha de golpear a los sirvientes (a menos que sea en defensa propia).
- Y si ha de vomitar, entonces debe abandonar la mesa.
miércoles, 7 de septiembre de 2011
El protocolo de Leonardo en la mesa
Da Vinci era jefe de festejos en la ducado de Milán. De su experiencia, saco algunas conclusiones acerca de cómo guardar el decoro mientras se come.
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