Esta ciudad fue donde Da Vinci pudo formarse en la Academia de su maestro Verrochio.
Recientemente pude visitarla y disfrutar de la incalculable cantidad de obras de arte que atesora.
Es una ciudad pequeña pero ha concentrado mucho poder político, militar, religioso, económico, artístico, científico y técnico.
Toda la historia de estos poderes se pueden ver en los numerosos museos y sitios emblemáticos.
En la galería de los Uffizi están dos cuadros de Da Vinci. El cuadro en el cual Leonardo colaboró pintando solo un ángel, pero que fue suficiente para lograr el reconocimiento de su maestro Verochio, y la Anunciación.
Para poder visitar la mayor cantidad de museos con el mínimo de colas, recomiendo comprar la Firenze Card. Ahorras en dinero, tiempo y te sientes privilegiado por pasar sin esperar. Para comer, lo mejor es la pasta fresca, la mozarella, los paninis, las pizzas, los helados, el salami y el tomate.
Sin duda aquí Leonardo disfrutó mucho, pues tenía a mano las mejores colecciones de arte, a los mas prestigiosos maestros, a familias poderosas y adineradas que han financiado el arte, y a una calidad de vida extraordinaria, elementos gracias a los cuales pudo lograr ser el ícono humanista que hoy en día es.
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